La buscamos en muchos lugares… en tantos senderos
bordeados de libros y programas… y clases… y palabras, siempre palabras.
Y sin embargo, el camino más directo hacia la paz se
encuentra sin palabras… y justo enfrente de nosotros. Este camino es la
conexión silenciosa con el más alto poder, el alma más pura, con Uno.
La paz necesita poder espiritual para que sea auténtica,
fuerte y duradera.
No importa qué nombre usemos para Él, necesitamos
sintonizar nuestros pensamientos allí, sintonizar nuestros corazones allí,
sintonizar nuestra consciencia allí.
Ese es el primer paso.
Ese es el primer paso.
Es allí donde comenzamos.
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